María Magdalena
María de Magdala,
María Magdalena,
si antes era mala
ahora es mi morena,
y me lava los pies.
Y, con la melena,
me los seca después.
María Magdalena,
María de Magdala,
con su amor que estrena
cuando lo regala,
sin mirar su valor.
Por eso lo iguala
al perfume mejor.
Y a mí me encanta.
María de Magdala,
María Magdalena,
si alguien la señala,
si alguien la condena,
¡condenada mujer!
dice: me resbala,
para mí es un placer.
Es una santa.
María Magdalena,
María de Magdala,
en la última cena
se viste de gala
y lo guapa que va
me alegra la pena.
Y después, Dios dirá.