Narciso

Debería empezar con las equivocaciones, las que hacen callo en los ojos, las que dejan la duda de dónde estaríamos nosotros sin las canciones. Sin las historias que he oído, sin esa primera impresión, si no me hubieras querido. Sinergia en forma de algodones roídos. Mi alergia es una opinión más que dejó un rapto y los cajones movidos. Atavíos aptos pa’ dotarlos de olvido. Me guardo el derecho a conciliar mi orfandad, todo lo demás lo convido. Y es que le has puesto mala cara a lo que más querías. Narciso no hace nada desde hace días. Se espabila y repara en los trastes y el ruido puesto que si se para el contraste es tullido. Mejor seguir enganchado y tener dato bien recorrido. Ahí donde nos lleve charla y todos estos datos vienen conmigo. Guardó la lana al costado. ¿Osea por cuánto habrán apostado? Me vale madres tu amigo. Jodes conmigo, salen tostados. Ahhh… Fue el paredón del conflicto, puro exconvicto, están encendidos. ¿Qué vergas andan sondeando? Saldo espontáneo. Salgo escondido. Sintió el horror de subida. Iba a correr por su vida. Ni vio el vergazo de salida. Le dejo la lengua entumida. Se quedó en puntos suspensivos, ansió un rescate elusivo. Le dio un sopetón y se lo abanicó, entre el palidón y el sol se paniqueó. Se vio entre tanto cliente exclusivo. Salió del espanto oyendo explosivos. Casi arrastrándose en la banqueta como erigiéndose entre los vivos. Volvió a sus sentidos. No eligió entre nada, le dijo de todo, perdió los estribos. Se había resignado a defender el robo y están coludidos. Se había persignando en su mente y por fuera fue un lobo curtido. Pensando que “vaya de aquí lo que fuera a pasar pues jodido”. Y ahí se hizo de agallas sobre esa sordera que está percudido. Herido de marañas y de otras esferas que orbitan su estribo. Dejando apagada y oculta lo hoguera de una alternativa.

Muchas bendiciones. Muy agradecido. Somos una verga. Chingos de efectivo.

Lo vio clarito como algo que está en su mente colmando constantemente como una tormenta mítica. Se hundió sumiso en su risa de formas crípticas. Giza de dogma implícito. Enigma que antoja mitigar. Tenía una cita con eso más temía que era el eco de una mentira emitiendo energía centrífuga. Me quedé hambriento cazando las embestidas. Tus pasos lentos, carajo qué bien vestías. Maldijo el tiempo como árboles enredados, como alma que está en peligro. En peligro de ser cercada y pues, fue cercenada como una pesquisa nueva. Común aprendiz del ocio deseoso de ser su propio juez. Entré en su logia y la cruz estaba invertida, los fondos se derretían y a lo hondo se oía algo de John Coltrane. Sirvió de guía y fue juntando las dimensiones. Se entrometía aunque negando la intenciones. Me dio su vida como una madre a su hijo, como una tarde hecha añicos sobre un arcabuz poliédrico. Será que busca lo que un prófugo entregado, cegado en las pistas obvias y el mismo sol que la trajo a mí. Se hizo cascajo al unísono y qué relajo que pise el papel y bajo ese mismo no se le haga sonreír. Volteó con prisa como un maletín cerrado y partió sin dudas como algo que había pasado.