El manco Arana
Le da duro el manco Arana
cuando le sale un trabajo
y tan duro que parece
que no le faltara un brazo.
Lo perdió en alguna zafra
en una mina o pialando
con el hambre en los talones
no lo perdió saludando.
Yo lo veo de mañana
con sus dos brazos abiertos
el izquierdo, nuevo y fresco
el derecho, un niño muerto.
Si el descanso es cuesta arriba
desde hace años para el manco
como no yaparle entonces
con mi copla el brazo un rato.
La mujer del manco sabe
que su amor suena a guitarra
y Arana pulsa en el aire
todo el calor de su amada.
Cuando un vino lo voltea
me lo imagino soñando
que de pronto por las cañas
su brazo se alza pelando.
Ay, Arana así es la vida
o la muerte si lo quiere
quedésmelo en Arana
que por lo manco no se muere.