Que tú, que yo
Nadie debe de saber
si tú me quieres.
Nadie debe de saber
que yo te quiero.
Debe de seguir oculto
que por la noche,
con la luna por testigo,
tú y yo nos vemos.
Hemos de tener cuidado
con esa gente
que a veces no duerme
para saberlo todo.
Y con las cadenas
que ahora nos separan
un escándolo darían
sobre nosotros.
Que tú y yo,
sólo tú, solo yo,
guardamos la verdad
de nuestra intimidad.
Que tú y yo,
solo tu, solo yo
tenganos que escondernos,
qué pena me da.
Que tú y yo,
solo tu, solo yo
tenganos que escondernos,
qué pena me da.
Nadie debe de saberlo,
nadie debe de saberlo,
el romance que vivimos
debe de ser un secreto.
Nadie debe de saberlo,
nadie debe de saberlo,
porque entonces cambiaría
nuestra dicha en un momento.
Mientras haya luz del día
pienso en la noche,
cuando puedo acariciarte
y sentir tus besos.
Pero ya me duele el alma
por esconderme
para compartir contigo
el mismo lecho.
Yo no sé si tengo suerte
de ser tu amante.
Sólo sé que como nadie
me has comprendido.
Loco tengo el pensamiento
de recordarte
porque un amor como el tuyo
nunca había vivido.