Soneto 16
Gorriones libres, de mi ventana,
llenan de canto toda la casa.
Sin jaulas de oro por la mañana,
trepan la vida hasta la terraza.
Gorriones libres, alas con alas,
estrofa suelta, nota sin falta.
Ni van, ni esperan, ni huyen, ni nada,
solo son libres... con eso basta.
Como te envidia pienso la raza,
del pobre pájaro que vive en jaula,
por ser hermoso y que a veces anda
tras el barrote bastardo y maula,
mordiendo el polvo de una batalla,
que ni siquiera muerto se acaba.
Para ser libre, morir no alcanza.
Gorriones libres... de mi ventana...