Dramón en la tele
Justo que hoy me desperté feliz, sintonicé una de Iñarritú. No fue el dramón solo de la película, si no, el bajón de lo que le siguió. Y despegué el imán de la heladera, del interior de mi caparazón. Pelé una fruta podrida y aburrida. Le cancelé la cena y me acosté. Tarde, otra vez, sin dinero. Justo que hoy me desperté feliz, sintonicé una de Iñarritú. No fue el dramón solo de la película, si no, el bajón de lo que desató.