Érase una Vez
Érase una vez
un horizonte abierto.
Érase una vez
una memoria cerrada.
Érase una vez
un resplandor en el viento
que encendía la cara
de una luna helada.
Érase una vez.
Érase una vez un sendero remoto.
Érase una vez una sombra liviana.
Érase una vez un juguete roto,
cuando el sol la alcanzaba como un dardo en la diana.
Érase una vez.
Aquellas hojas amarillas de la infancia con su nitidez. Érase una vez.
Érase una vez un día sin mancha.
Érase una vez una oscura figura.
Érase una vez una esperanza blanca y un cielo a falta de una mano de pintura.
Érase una vez.
Un quizás borrado en la distancia, una insensatez. Érase una vez.