El Apagón
Es muy difícil mamá
Despertar y que no estés al lado mío en la cama,
Las horas no pasan, los días con su soledad me abrazan,
Y hacen eco de mi dolor en esta canción,
Seamos honestos, nadie te amará más que yo,
Y nadie me amará más que vos yo lo sé,
Por eso no quiero esconderme y perder la fe,
Sé que esto lo vamos a resolver,
Tenemos mucho que hacer,
Tenemos muchos caminos que recorrer,
Pero nunca de nada nada me olvidé.
Cuando nos besamos por primera vez,
Tus ojos fueron la respuesta que le pedí a Dios,
Bajo la luna hasta que salga el sol amándonos,
No cambiaría nada de nuestra historia,
Más que el momento que te sentiste herida y sola
Déjame revertir el mal que te hice, no quise herirte,
No fue mi intención ser el eclipse
Que oculto la luz que siempre me diste
Sabrás olvidar que te lastimé,
Que no supe como volver,
Voy a despegar sin aterrizar,
En aquel lugar donde todo duerme,
Sé que soñaras, que me extrañaras,
Como yo quisiera estar,
Para atravesar sólo una vez más,
La inmortalidad que me daban tus ojos.
Quiero que conozcas algo más de mí,
Quiero intentar describir algo del fin por ti, sin ti morí,
Sin ti sufrí cada día, sin ti caí en cada esquina,
Tu vida hizo de mí fe una herida,
Cada herida hizo de mí una nueva vida,
Y llegué a la subida,
A desafiar la ley de nuestra historia corrompida,
El precipicio me vendió su caída por unas pocas migas,
Pero aquella luna que fue testigo del escape
De los hombres que le fueron infieles a la vida,
Me arrebató hasta la última gota de saliva,
Por eso te escribo, ya no puedo hablarte,
Me estoy ahogando en mi propia sangre,
Por favor no saltes, no pude ser Dios, solo fui Dante,
Como amándonos tanto nos hicimos tanto mal,
Soñar contigo es como caer por un espiral espiritual,
Destruir lo que tuvimos fue nuestro último ritual, vuelve,
Que el camino sigue siendo el mismo ma.
Sabrás olvidar que te lastimé,
Que no supe como volver,
Voy a despegar sin aterrizar,
En aquel lugar donde todo duerme,
Sé que soñaras, que me extrañaras,
Como yo quisiera estar,
Para atravesar sólo una vez más,
La inmortalidad que me daban tus ojos