Córdoba
Pobre enfermita, candorosa y suave
De talle muy frágil y porte gentil
Grandes ojeras rodeaban sus ojos
Cubría su rostro sombrío matiz
Y triste mueca de dolor amargo
Sus labios formaban para sonreír
Iba a la iglesia a rezar
Con tan sentida pasión
Que una extraña sensación
Sentí al verla pasar
Hilaba en su dolor
Inclinado ante el altar
Con ardiente frenesí
A la Virgen le pedí
No la fuera a llevar
Más la virgen no escuchó
Pobre enfermita
Que se fue a la sierra
Buscando un poquito
De aire y de Sol
Qué amargo fue
Para ella el destino
Qué pocos momentos
De amor disfrutó
Pobre enfermita
Fue en busca de vida
Y en medio'e la vida
La muerte encontró
Nunca jamás olvidaré
Que ella fue mi único amor
Porque la quise con toda mi alma
Y desde que se miraron
Nuestros ojos se dijeron
Lo que los labios callaron
Y nuestras almas se unieron
Pobre enfermita, candorosa y suave
Qué pronto me abandonó