La Tragedia de la Vida Cotidiana
golpeando la pared noche tras noche encerrado en esta jaula con todos vosotros esperando al amanecer que nunca llegará escupiendo en vuestras caras de estúpida quietud
camino desnudo por las calles del mañana recogiendo del suelo los recuerdos que guardaba tras la puerta mirando las caras los gestos los silencios esparciendo gasolina buscando la hora el instante que prenda la llama evitando las sombras que se alimentan de miedo atrapado frente al dolor en un acertijo sin fin
todas las cosas en las que creía
dejaron de existir
me imaginaba una vida totalmente encaminada toda mi lucha orientada en esa dirección un destino una meta un propósito: dominar el arte de ser gobernado
todas las cosas en las que creía
dejaron de existir
entre las sombras de los niños un susurro incita al recuerdo aquí no entrarás nunca a veces pienso que solo ellos conocen el secreto les oigo gritar: el emperador está desnudo!
todas las cosas en las que creía
dejaron de existir
vivo en un único cuerpo pero soy muchos cientos con el ataúd de mi carne entierro los oscuros deseos en lo más profundo del espejo que atraviesa mi corazón
todas las cosas en las que creía
dejaron de existir
todo se rompió sin haber empezado desperté y no había nada más que silencio las paredes se estrechaban y el deseo era vital nunca tuve miedo de caer sino de ascender
has marcado el fin de una época pero continúas regresando tu cara se refleja en nuestro vacío en esta tragedia cotidiana la derrota era obligatoria todos me miran todo el mundo mira a todo el mundo nadie hace nada
destrozado en una sátira de espejismos juego a creer que tu cuerpo es una mentira donde escuchar es obedecer y los gritos
los gritos
son plegarias todos gritan tu nombre y yo pienso que no existes