Canción para unos ojos
(Canción)
Boca de trigo, caderas de sal,
ojos en sombra color azafrán;
yo te recuerdo, corazón de pan,
siempre mirándome más.
El aire entero temblaba al nacer
desde los valles en flor de tu piel;
yo ya te amaba y tus ojos de miel
decían: te quiero también.
Yo me acababa en tus ojos de anís,
sol detenido entre Marzo y Abril,
luz del otoño naciendo de ti,
siempre mirándome así.
Besos con hambre una tarde te di
para que hundieras tus ojos en mí:
pude robártelos y comprendí
que tú no estabas allí.
(La puntuación y la ortografía son de Alfredo Zitarrosa)